lunes, 21 de febrero de 2011

Bilingual Schizophrenia

Esto es que el ayuntamiento de Lepe organiza un viaje a NY. Van todos los leperos en un minibus hasta Barajas y allí se suben en un avión y zarpan rumbo a la tierra del Tío Sam. Aterrizan en el JFK y la voz susurrante de una azafata les invita a bajar a tierra firme. Pero allí no se mueve nadie. Aquello parece el aterrizaje del 815 Oceanic Airlines. Las madres intentan consolar los llantos desesperados de sus hijos con manos y palabras temblorosas, los ancianos exhiben muecas paralizadas por el terror, un señor muy alto, con cara afrankesteinada se cruje los nudillos histéricamente... Al final la azafata ya no aguanta más y pregunta al alcalde:

-Pero vamos a ver, ¿por qué no se bajan del avión?
-Señorita, de aquí no nos bajamos hasta que no se vaya Well.
-¿Quién?
-Well.

La azafata mira al alcalde con estupor. El alcalde saca a pasear su orgullo onubense, arrima a la azafata a la ventanilla más cercana, señala a una comitiva de bienvenida con pancartas y dice:
-¿Ha visto usted ese cartel? Ahí pone: "Well come leperos".
Y este, amigos y amigas todavía inexistentes, es mi chiste favorito de la infancia.  

El aprendizaje de una segunda lengua desde temprana edad hizo de mí una anfisbena, una alienígena lingüística... En resumen, una esquizofrénica bilingüe.

Ahora me estoy preparando para el Proficiency y aún a riesgo de parecer una moderna horrible y moñas, he decidido inaugurar un blog en inglés y en español. Podéis desearme suerte o, mejor aún, podéis acompañarme en un bucle sin sentido ni porvenir, poblado de reflexiones  absurdas sobre el lenguaje. 

Bienvenidos a Bilingual Shizophrenia. Y cuidado con Well, que parece que se quedó con hambre.

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